Egresó del colegio el año 2011 y estudió enfermería obstétrica en la Universidad Católica, y aunque una vez terminada su carrera, comenzó a trabajar en el área en neonatología de la UC, Catalina Bustos sentía que algo le faltaba, que podía aportar mucho más. Por eso decidió renunciar a su trabajo y viajar a Kenya, donde realizó un voluntariado que cambiaría su vida.
Eligió Kenya porque dos de sus amigas habían estado ahí y al ver la cruda realidad de mujeres con embarazos vulnerables que se veían obligadas a abortar, iniciaron una fundación llamada Maisha.
Maisha (que en swahili, significa «vida»), es una red de apoyo a mujeres embarazadas en crisis económica, social, víctimas de violaciones o abusos, que se desarrolla a través de cuatro líneas de acción: salud, acogida, educación y sustentabilidad.
Catalina llegó el año pasado como voluntaria del programa de salud y se convirtió en la coordinadora. Estuvo seis meses trabajando en dos hospitales. “En promedio se atienden 70 partos diarios y las urgencias son muy difíciles de superar. Muchas veces no hay agua, se acaba el oxígeno, los medicamentos e insumos escasean y no siempre hay médicos para realizar una cesárea. A pesar de todo, la gente acá es muy feliz y agradecida, sonríen, bailan y te reciben siempre con alegría”.
En octubre del año pasado volvió a Chile, la recontrataron en la UC y paralelamente siguió trabajando de voluntaria en la coordinación de salud de Maisha. Pero en mayo de este año renunció y viajó nuevamente a Kenya, esta vez con un foco mucho más definido: evaluar los programas realizados, seguir capacitando al equipo local y abrir una clínica de lactancia materna.
“Acá es súper importante que las guaguas puedan tener lactancia materna exclusiva, porque a veces llegan donaciones de leche en tarro, pero no hay agua potable para poder prepararla, por lo que muchas veces los niños se desnutren o se mueren por diarrea.”
En la página web de la fundación :www.fundacionmaisha.cl está la opción de hacerse socio desde $5000 mensuales. “Nosotros somos el instrumento, pero el aporte de los socios es fundamental para poder desarrollar los programas y poder llegar a más mujeres y recién nacidos.”